El propósito del presente artículo es mostrar las relaciones que existen entre la crisis ambiental y la crisis económica y social que imperan en los países del tercer mundo latinoamericano, en especial de México y se toma como propuesta de acción el caso del cooperativismo en Tacámbaro, Michoacán. Por razones de espacio se ofrece al lector de manera escueta.
El problema económico-social de la pobreza en México y la crisis ambiental, se consideran profundamente entrelazados y producidos por una incorrecta visión y ejercicio de las relaciones entre el hombre y la naturaleza, entre economía y explotación ecológica y entre política y desarrollo local. Las condiciones y el origen de estos problemas parten desde procesos históricos de cerca de 500 años, han tenido un desarrollo progresivo e irrefrenable desde ese tiempo y la forma en que ahora se han empezado a manifestar es solo el comienzo.
El origen en el que situamos el fenómeno, es resultado del propio proceso de conquista, que rompió con una visión económica y ecológica más equilibrada, la visión mesoamericana de la naturaleza, como de muchos pueblos no occidentales, parte de considerar a la naturaleza como un tejido, del cual el hombre es parte, se encuentra tejido con ella, no como dueño, sino como un hilo de los mismos flujos de materia, de energía e incluso en algunas, de espíritu.
A la llegada de la civilización occidental medieval, esta visión de la naturaleza se rompió con la sangre y con la espada, imponiendo una economía planteada desde la metrópoli española, del otro lado del Atlántico, en la cual los recursos naturales y humanos deben ser integrados a un territorio global, a una dinámica de explotación encaminada a la acumulación mercantilista, esta visión ha tenido sus repercusiones en este momento, una visión que pierde toda forma de respeto de la naturaleza y del hombre, a esta visión y acción hemos sido integrados y la desarrollamos a cada momento desde distintos niveles, la visión de la ganancia por sobre la naturaleza y por medio de la explotación del hombre por el hombre.
Nuestros países latinoamericanos en general poseen estas condiciones, compartimos la misma historia y hemos sido posicionados en un sistema global controlado ahora desde metrópolis trasnacionales, des localizadas algunas y localizadas otras en la metrópoli global aún más poderosa, la de los Estados Unidos de América por medio del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial como el gran rector de la economía internacional. Nuestra posición en ese sistema, nos convierte en una región de naciones destinadas a la explotación de los recursos naturales, mismos que serán transformados en productos industrializados, de los cuales, somos los principales compradores, los recursos agrícolas y forestales han sido los más importantes, mientras que el agua y el aire son los nuevos recursos en disputa, que ya han sido valorados en términos económicos y por ende se implementará el precio de uno y el aumento en el otro.
La visión de explotación de la naturaleza y el hombre con fines de la ganancia es una de las premisas básicas del capitalismo, que busca que todo sea valorado en criterios econométricos, haciendo desaparecer al hombre como entidad humana para volverlo un engrane en su maquinaria, y generando una brecha cada vez más amplia entre burgueses y proletarios, mientras que la naturaleza, solo puede ser valorada en dinero, pero se está trazando el camino más extremo, antes no se pagaba el agua en la mayoría de naciones del mundo, a lo mucho se pagaba por su traslado, ahora se pagará hasta por el aire.
La importancia del cooperativismo, el caso de Tacámbaro
Como ya se ha tratado de esbozar antes, el hombre requiere tomar de la naturaleza los recursos para su subsistencia, pero esta visón se ha errado por una racionalidad económica donde la naturaleza primero fue inagotable, ahora sus recursos son escasos y por tanto, valorados en términos econométricos, mientras que el hombre se vuelve un recurso dentro de una lógica de explotación por él mismo y la pobreza en su dimensión de miseria es una realidad que sufren cada vez más personas, todo depende de su posición en el sistema de la posesión de capital y de ganancia.
La importancia del cooperativismo aparece precisamente en este punto, el cooperativismo basado en la cooperación, solidaridad, ayuda, apoyo mutuo, rompe con la lógica de explotación, al buscar antes que el criterio de la ganancia, se compromete a crear empresas sociales que den más peso a la persona como humana y poseedora de capacidades, que como poseedora de cierta cantidad de capital y de mano de obra. En el municipio de Tacámbaro se encuentran tres de las cooperativas más grandes y de mayor trayectoria que las del resto de la región centro occidente del país, en estas cooperativas, en general se ha impulsado una lógica cooperativista, que gracias a los principios de educación y ecología ha dado lugar a la creación (aun en proceso) de la Sociedad Cooperativa de Protección al Ambiente Tzipiku, SCL de CV misma que se encarga del reciclado de materiales como el cartón, el plástico en sus múltiples presentaciones, como PET, plástico duro, bolsas de polietileno, vidrio, aluminio, metal, etc.
El surgimiento de esta cooperativa es la manifestación de un cooperativismo sano, que ha considerado a la ecología entre los puntos de una empresa social bien enfocada, que ve en la naturaleza un recurso a cuidar, no solo a explotar.
Como parte final de este escrito, invitamos a los lectores a sumarse en ese cambio de visión, a la recuperación de esta visión mesoamericana donde la naturaleza no es el recurso inagotable a explotar, la naturaleza es parte de la persona, todos y cada uno de nosotros somos parte de un tejido más amplio, de un tejido social y un tejido de una naturaleza inmensa que nos ha cobijado, un tejido vivo del que somos solo una pequeña hebra, este tejido necesita ahora que colaboremos con él, y un buen paso de esta visión es un paso en acción, este gran paso puede ser el reciclado.
Antrop. Angel Lueza Ruiz.
El Colegio de Michoacán, A.C.
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